El estilo de ilustración conocido como Corporate Memphis ha sido omnipresente durante la última década. Sus personajes coloridos, minimalistas y exageradamente alegres han sido utilizados por empresas de todo el mundo como una forma de transmitir modernidad, profesionalismo y accesibilidad. Sin embargo, esto plantea una cuestión fundamental: ¿puede una empresa dar personalidad a su marca utilizando un estilo que, por definición, es impersonal?
Orígenes de Corporate Memphis
El estilo nació en 2017 como una evolución del diseño plano (“flat design”), tras la transición del realismo digital (“esqueumorfismo”) de los años 2000. Diseñadores como Alice Lee y equipos como los de Facebook (con su sistema “Alegría”) marcaron el inicio de este estilo, inspirado en movimientos como el Memphis Design de los años 80, el Art Deco y el minimalismo geométrico. El término “Corporate Memphis” fue acuñado por Mike Merriel, quien notó la influencia del estilo Memphis en estas ilustraciones corporativas.
Las características del estilo
- Estética minimalista: Formas geométricas simples, colores saturados o pastel y ausencia de texturas o sombras.
- Personajes genéricos: Extremidades largas y flexibles, cabezas pequeñas y rasgos faciales mínimos.
- Escalabilidad y versatilidad: Diseñado para adaptarse fácilmente a diferentes plataformas y resoluciones.
Estas características lo hicieron ideal para startups, empresas tecnológicas y sectores financieros. Pero, paradójicamente, esta misma falta de identidad que lo hizo universal también lo volvió impersonal.
Uso másivo de Corporate Memphis
El Corporate Memphis tuvo un éxito masivo debido a varios factores:
- Eficiencia: Era fácil y barato de producir, animar y replicar.
- Adaptabilidad: Encajó perfectamente con el auge del diseño responsivo y las necesidades tecnológicas.
- Aceptación inicial: Representaba novedad, modernidad y profesionalismo.
Sin embargo, su adopción masiva también lo convirtió en un estándar genérico, incapaz de conectar emocionalmente con los usuarios. Sus personajes intentan representar a todos, pero terminan no representando a nadie, lo que genera una desconexión entre la marca y su público objetivo.
El lado oscuro del Corporate Memphis
El estilo también ha sido criticado por ser una herramienta de grandes corporaciones para maquillar sus intenciones. Su apariencia “feliz y amigable” se asocia con estrategias para suavizar polémicas, como las relacionadas con el manejo de datos y la privacidad. Esto genera una sensación de desconfianza, ya que el mensaje subyacente no parece sincero.
Reinterpretaciones y futuro
Pese a las críticas, el Corporate Memphis ha inspirado usos creativos. Ejemplos como el videojuego Going Under lo emplean para satirizar la cultura corporativa, y artistas como Justin Kang lo han usado para reinterpretar escenas impactantes, generando disonancia entre la estética y el mensaje.
El futuro del estilo podría estar en su reinterpretación en contextos no corporativos. Si bien hoy es objeto de controversia, podría resurgir en un futuro, al igual que ocurrió con el pixel art, como un estilo apreciado por su valor artístico e histórico.
Dilema al usar este estilo de ilustración tan versátil
El Corporate Memphis plantea un dilema interesante: ¿puede un estilo impersonal ayudar a construir la identidad de una empresa? Su éxito inicial mostró su potencial, pero su uso excesivo y falta de identidad propia terminaron desgastando su impacto. Quizás el problema no está en el estilo en sí, sino en cómo se utiliza.
En un momento donde las marcas buscan diferenciarse y conectar de forma genuina con su audiencia, es momento de cuestionarse si el Corporate Memphis sigue siendo la mejor opción o si es hora de buscar alternativas más personalizadas y auténticas.
¿Qué opinas tú? ¿Tiene sentido seguir usando Corporate Memphis? ¡Comparte tu opinión en los comentarios!